7 ene 2017

No tenemos prisa.

   Durante los últimos años siempre me sentí con la vida sobre la espalda. Nunca entendí bien porqué, pero ahí estaba, molestándome. Supongo que veo mi vida pasar tan rápido que no me pierdo de nada, pero al mismo tiempo me pierdo de todo. Siento que todo se resume en autos andando por autopistas, fogonazos que duran mili segundos y exigencias que los años me demandan.
   Todo parece quedar más claro cuando me agarras de los hombros, me sacudís y me decís "¡Pará! Juan, vivamos el hoy, para el futuro falta mucho." Y si... falta tanto para ello que a mi me gusta decir que el futuro no existe, que lo único que tenemos es el presente y que el pasado existe en la medida en la que nosotros lo permitamos. Soy fanático en acortar tiempos, en resumir mis relaciones en unos pocos meses, esquivar situaciones que sé que no voy a poder asumir y descansar en mi zona de confort. Sé que soy todo y mucho más y... ¿sabés qué? Te pido perdón. Si, perdón por acelerar lo que no hay que acelerar, por aclarar las cosas más temprano de lo debido, por hacer futurismo no sólo con mi vida, sino también con la tuya. Somos mucho más que eso, que aquello que vendrá. Si, hoy estás acá, pero mañana yo no sé dónde voy a estar, porque ya te expliqué que soy un tanto desequilibrado y torpe a la hora de tomar decisiones. Me pienso demasiado cada paso que intento dar con tal de no perjudicarnos. Dejemos de pensar tanto, por favor. Si, dejemos de pensar, de lo contrario vamos a morir del miedo a ser espontáneos. Si, seamos espontáneos... ¿sabés por qué? Porque después de todo no tenemos prisa, tenemos ansias de conocernos. Tenemos todo el verano por delante, un ventoso otoño, un invierno abrazador y una segunda primavera. Que el presente sirva para eso, para vivir, disfrutar y gozar de tu compañía. No importa que el resto diga que el tiempo es oro. ¿Para qué quiero eso? El oro más preciado lo he descubierto y me dio lo más importante... tu tiempo. Caminemos y parémonos en los lugares que creamos necesarios. Después de todo... no tenemos tanta prisa, mi amor.

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